Educación Bitcoin para Niños y Jóvenes en América Latina y el Caribe: Desafíos, Recursos y Estrategias
Escrito por Blue Moon (Noviembre 2025)
La revolución digital ha transformado al planeta entero. Hace tres décadas, el acceso a la conectividad era prácticamente inalcanzable; hoy, cinco millones de personas pueden conectarse. Sin embargo, esa cifra oculta una brecha profunda: la desigualdad en el acceso y en las competencias digitales afecta especialmente a las zonas rurales y a los sectores vulnerables, donde factores socio‑económicos y demográficos limitan la inclusión tecnológica.
La pobreza, la falta de infraestructura adecuada—como una conexión a Internet de calidad—y la disparidad en la educación y en las oportunidades económicas dificultan equilibrar la balanza. Como resultado, persiste una deficiencia en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, lo que a su vez genera carencias en las habilidades digitales necesarias para participar plenamente en la sociedad actual.
En un panorama desalentador, muchas personas que ya disponen de acceso a la tecnología no aprovechan el tiempo frente a la pantalla para adquirir conocimientos que les permitan tomar decisiones acertadas en momentos de cambio. Lo alarmante es que las nuevas generaciones—niños y jóvenes—están siendo afectadas de la misma forma, creando un sesgo de conocimiento que se propaga a todos los niveles sociales.
Los adultos, que deberían ser fuente de inspiración y ejemplo para los más jóvenes, a menudo desconocen el enorme potencial que las herramientas digitales pueden ofrecer al ámbito educativo. Si lograran reconocer y utilizar ese potencial, se convertirían en el motor que impulse a las generaciones venideras hacia un futuro más informado y resiliente.
Desde esta perspectiva, resulta imprescindible generar conciencia sobre la importancia de emplear las herramientas tecnológicas para ofrecer soluciones a los desafíos actuales y futuros. Es fundamental enfatizar el uso de fuentes de información veraces y oportunas que promuevan el pensamiento crítico, el análisis, la lógica y, en general, todo proceso investigativo que pueda traducirse en aplicaciones prácticas. Así, se crean nuevos recursos y oportunidades de crecimiento en todos los niveles sociales.
Al mismo tiempo, se debe priorizar el aprendizaje básico —lectura y matemáticas— para niños y adolescentes, pues constituye la base sobre la cual se construye cualquier competencia digital avanzada. Los niños que sí disponen de acceso a la tecnología tienden a pasar demasiado tiempo frente a las pantallas; la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) recomienda no superar las dos horas diarias para niños en edad preescolar, según su informe Tiempo de Pantalla en la Educación Infantil: Equilibrando la Balanza Digital.
Con este contexto, es imperativo diseñar programas de alfabetización en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que aborden las múltiples dimensiones de la desigualdad. Estos programas deben garantizar que quienes ya cuentan con acceso tecnológico aprendan a usarlo de manera productiva, convirtiendo el tiempo en pantalla en una herramienta para el aprendizaje y el desarrollo personal.
Promover programas de alfabetización digital adaptados a las necesidades específicas de cada grupo vulnerable y facilitar el acceso a dispositivos tecnológicos económicos o gratuitos es una responsabilidad compartida. Cuando los niños disponen de herramientas digitales y de recursos cotidianos que refuercen su aprendizaje, resulta mucho más sencillo integrar esos conocimientos en su vida diaria y en el proceso educativo. Además, se potencia su pensamiento crítico y analítico, lo que favorece la toma de decisiones fundamentadas tanto en el presente como en el futuro mediante el uso consciente de la tecnología.
Con lo anterior, el siguiente análisis va dirigido para América Latina y el Caribe (LAC) debido a que los sistemas educativos que se ejercen tienen el peor desempeño a nivel mundial, la brecha de habilidades tecnológicas es enorme con respecto a otros países y continentes.
Según un estudio hecho por EdTech (Educational technology) la Educación en América Latina y el Caribe “Más de 70 millones de latinoamericanos (aproximadamente el 12,5% de la población de la región), viven con menos de 2 dólares al día y más de la mitad de ellos son niños.”
La tabla siguiente muestra un ponderado de la educación para América Latina y el Caribe.
En América Latina y el Caribe, para el año 2025, la situación social y educativa de la niñez continúa siendo preocupante. Aproximadamente uno de cada tres niños vive en condiciones de pobreza, y uno de cada siete en pobreza extrema. La incidencia es especialmente alta en Centroamérica y el Caribe. A esta situación se suma una “baja alfabetización en salud”, que afecta a casi la mitad de la población, lo cual refleja deficiencias en la comprensión lectora y numérica, especialmente en comunidades de bajos recursos.
De acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), UNICEF y la UNESCO, cerca de cuatro de cada cinco niños de alrededor de diez años no alcanzan un nivel mínimo de comprensión lectora. Evaluaciones regionales como el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) evidencian que casi la mitad de los niños de entre ocho y nueve años no logra el nivel mínimo de competencia en matemáticas y ciencias. Esta brecha se amplía con la edad: más del 80% de los niños de once y doce años no alcanza los niveles esperados en matemáticas, y más del 65% presenta dificultades significativas en ciencias.
Las estadísticas reflejan la enorme cantidad de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad que enfrentan la pobreza, el analfabetismo y la falta de oportunidades en América Latina y el Caribe. Los factores de desigualdad profundizan las brechas de aprendizaje, especialmente entre estudiantes de bajos recursos y comunidades indígenas, quienes muestran rezagos desde la primera infancia hasta la adolescencia.
Ante este panorama, los líderes educativos deben concentrar sus esfuerzos en fortalecer y acelerar el desarrollo de la tecnología educativa en las regiones más afectadas. Transformar el futuro de la humanidad exige que la educación —como columna vertebral del progreso— fortalezca a las nuevas generaciones. Solo mediante una formación basada en el conocimiento sostenible será posible construir sociedades libres, equitativas y capaces de tomar decisiones informadas que impulsen un desarrollo verdaderamente humano.
Para revertir esta crisis educativa y social, es fundamental implementar políticas públicas sostenidas que prioricen la inversión en educación inclusiva y digital, especialmente en zonas rurales y comunidades marginadas. Se requiere fortalecer la formación docente en competencias tecnológicas y pedagógicas, garantizar el acceso equitativo a dispositivos y conectividad, y desarrollar contenidos educativos contextualizados que promuevan la comprensión lectora, numérica y científica desde edades tempranas.
Además, la colaboración entre organismos internacionales, instituciones académicas y el sector privado puede generar ecosistemas educativos resilientes, capaces de reducir la brecha digital y de aprendizaje. Solo a través de una acción coordinada y basada en evidencia se podrá garantizar que ningún niño o niña en América Latina y el Caribe quede excluido del derecho fundamental a aprender y desarrollarse plenamente.
El conocimiento sobre Bitcoin.
El objetivo ahora es centrar la atención en el conocimiento de Bitcoin. La introducción anterior sirve para contextualizar la necesidad de abordar este tema con niños y jóvenes en América Latina y el Caribe.
Las comunidades que hoy comparten información sobre Bitcoin pueden estar al tanto de los datos presentados previamente, o quizá no lo estén. Sea cual sea el caso, es esencial conocer nuestra posición actual y el escenario disponible para tomar decisiones informadas sobre la adopción y comprensión de Bitcoin entre las nuevas generaciones.
Garantizar el acceso a recursos computacionales constituye una prioridad clave para alcanzar este objetivo. El compromiso de los educadores es, por tanto, fundamental: ellos serán quienes proporcionen las herramientas humanas necesarias para entender Bitcoin, fomentando el pensamiento crítico, la creatividad, el interés y el amor por el aprendizaje.
En la actualidad, existen varias comunidades hispanohablantes que están realizando un trabajo destacado en la educación de niños y jóvenes. Estas organizaciones enseñan el uso de herramientas tecnológicas para adoptar Bitcoin, enfocándose principalmente en la gestión y comprensión de carteras digitales, tanto de Bitcoin como de Lightning Network.
Además, imparten talleres interactivos que explican el funcionamiento del dinero mediante juegos y actividades colaborativas, y organizan charlas con ponentes de distintas partes de América Latina, generando un espacio de intercambio colectivo y enriquecedor.
Aunque este es un buen punto de partida, aún queda mucho camino por recorrer en América Latina y el Caribe. Existen numerosas comunidades y recursos que pueden contribuir a la comprensión de Bitcoin, pero gran parte de esa información está disponible únicamente en inglés. La tarea crucial consiste en traducir y adaptar esos materiales al español, de modo que sean accesibles y relevantes para niños, jóvenes y educadores de la región.
Al hacerlo, no solo se amplía el abanico de fuentes de aprendizaje, sino que también se fortalece la capacidad local para enseñar conceptos clave—como el funcionamiento de las carteras digitales, la red Lightning Network y la economía del dinero—de forma clara y culturalmente pertinente. La traducción y localización de contenidos, acompañada de la creación de guías, videos y actividades interactivas en español, permitirá que más comunidades participen activamente en la educación financiera basada en Bitcoin, cerrando la brecha lingüística y potenciando el desarrollo de habilidades digitales críticas en toda la región.
En este recurso podrás encontrar información de personas en América Latina que están uniéndose par a lograr este objetivo.
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